Antesala de oficina de Emilio. Dos sillones. En uno de ellos, está sentado el Comisario.
Comisario: Si fuera por mí, esta obra ya habría terminado. Pero todavía quedan algunos detalles. Es otro día. U otra noche. No, no: es de día.
Pausa.
Comisario: De fondo, se escucha en un volumen bajo una bella canción popular.
Pausa.
Comisario: ¡La canción, carajo!
Se escucha, de fondo, la canción "Un muchacho como yo". El Comisario canturrea.
Comisario: Un muchacho como yo... Lara-lara-larala...
Entra Roberto.
Roberto: Permiso.
Pausa.
Roberto: Buenas tardes.
Comisario: Me saco los lentes oscuros y lo miro... No puedo creer que haya venido. Qué tipo más pelotudo, mi dios.
Ah, qué tal...
Pausa.
Comisario: Lindo día, ¿no?
Roberto: Está lloviendo.
Comisario: ¿Y con eso qué?
Pausa.
Comisario: Usted era músico, ¿no?
Roberto: Soy.
Pausa.
Comisario: Lindo piano el de allá.
Roberto: Sí. Es mío.
Comisario: No creo. Ese piano es de la nación.
Pausa.
Comisario: Como dice el señor Ordóñez: la nación es un organismo que debe ser sanado.
Roberto: ¿Y entonces?
Comisario: ¿Entonces qué?
Roberto: Que no encuentro la relación entre una cosa y otra.
Comisario: ¿Y con eso qué?
Silencio prolongado.
Comisario: Ahí sale el Señor Ordóñez y le explica.
Sale Ordóñez de la oficina de Emilio. Lleva puesto el traje de Emilio, que le queda algo grande.
Ordóñez: ¡Usted! ¡Qué sorpresa!
Comisario: Le queda pintado, señor.
Ordóñez se acomoda el saco.
Ordóñez: ¿Vio? Es la percha.
Ordóñez y el Comisario se ríen.
Ordóñez: Usted vaya para adentro que van a necesitar ayuda.
Comisario: Sí, señor.
El comisario sale. Se mete en la oficina.
Ordóñez: Pensamos que no íbamos a verlo nunca más.
Roberto: ¿Emilio no llegó?
Ordóñez: ¡Sotelo! ¡Escuchate ésta!
Sale Sotelo de la oficina.
Sotelo: Cayó piedra.
Roberto: ¿Dónde está Emilio? ¿No llegó?
Ordóñez: Hubo algunos cambios, ¿sabe?
Sotelo: No nos gustaba ese Bolaños.
Ordóñez: Nunca nos gustó en realidad.
Sotelo: Yo le dije que me daba mala espina.
Ordóñez: Lo que pasa que a esos es mejor tenerlos cerca. Para vigilarlos.
Roberto: ¿Le pasó algo?
Ordóñez: La nación es un cuerpo que debe ser sanado. La anomia terminó, Flores.
Sotelo: Eso.
Silencio prolongado.
Roberto: ¿Y mi piano?
Ordóñez: Olvídese, Flores. Mejor olvídese de todo.
Sotelo: Mírelo... Está pálido. Vaya. Corra a meterse debajo de la cama. ¡Puto!
Ordóñez: Estos tipos no sirven para nada. Ni para matarlos
Pausa.
Ordóñez: Oscuridad. Oscuridad. Oscuridad.
Oscuridad.
-Continuará-
* Canciones… obtuvo la Primera Mención en el Concurso de obras inéditas de Teatro 2008 del Fondo Nacional de las Artes. Y busca Director.
Canciones tristes (cantadas como si fueran alegres) 1 / 2 / 3 / 4 / 5 / 6 / 7 / 8 / 9 / 10 / 11 / 12 / 13 / 14 / Ezeiza / 15
No hay comentarios:
Publicar un comentario