miércoles, 30 de noviembre de 2011

Canciones tristes (cantadas como si fueran alegres) 2 *

21

Una habitación oscura. Música de piano. Entra Roberto tocando el piano sobre una plataforma que se desplaza. En un rincón hay apiladas una cama, una mesa de luz, una silla. Silencio. Roberto se para. Camina por la habitación.

Roberto: ¡Momento!

Pausa.

Roberto: ¡Oigan! ¿No terminaron de armar todavía? ¡La obra ya empezó!

Entran dos hombres, Sotelo y Ordóñez. A este último le falta un brazo.

Roberto: La mesa de luz, ahí... En el rincón. La cama en el centro, por favor. La silla acá, al lado del piano... ¡Rápido!

Pausa. Roberto mira la pared.

Roberto: ¡La ventana! ¡Acá está faltando la ventana!

Sotelo sale corriendo. Regresa con un marco de ventana. Lo coloca en la pared.

Roberto: No hacen nada bien.

Pausa.

Roberto: ¡Y ahora váyanse! Este pasquín tiene que empezar alguna vez.

Sotelo y Ordóñez salen.

Roberto: ¡Luces!

Roberto se sienta al piano. Se escuchan los primeros cuatro compases de una marcha.

Roberto: No... Así no... Mejor sería...

Se escuchan los primeros cuatro compases de la introducción de una marcha.

Roberto: No... Tampoco... Mejor así...

Se escuchan los primeros cuatro compases de la introducción de una marcha.

Roberto: ¿Así? No, no. Es otra cosa. Es esto...

Se escuchan los primeros cuatro compases de la introducción de una marcha.

Silencio.

Se escuchan golpes en la puerta.

Roberto: Puta madre. ¿Quién es?

Voz de hombre: Emilio, pelotudo.

Roberto: Pasá. Está abierto.

Emilio: Buenas... Digo yo, ¿para qué preguntás?

Roberto: ¿Para qué golpeás, Emilio?

Soy músico: reconozco un silencio cuando no lo escucho.

Los que tenemos con Emilio son largos, frecuentes y sumamente incómodos. Es común que aparezcan inmediatamente después de su entrada. Y duran hasta que él se sienta en la silla ubicada al lado del piano, para lo cual, debe pasar por arriba de mi cama.

Dos cosas: la habitación es chica y Emilio jamás se saca los zapatos antes de pisotear mi colcha.

¿Cómo te fue?

Emilio: Genial. Creo que ya la tengo. ¿Y vos?

Roberto: No me gusta el comienzo. Quiero algo más... Más...

Emilio: ¿Más qué?

Roberto: Escuchá...

Se escuchan los primeros cuatro compases de la introducción de una marcha.

Emilio: Está bien. ¿Qué tiene?

Roberto: Tengo dudas. A lo mejor tendría que ser así...

Se escuchan los primeros cuatro compases de la introducción de una marcha.

Roberto: Y si no...

Se escuchan los primeros cuatro compases de la introducción de una marcha.

Roberto: Difícil, ¿no?

Emilio: Son iguales.

Roberto: Cuáles.

Emilio: ¡Las tres!

Roberto: No entendés nada.

Emilio: ¡Son iguales! (CANTA) Tan tan tan tan /tan tan tan/ tan tan tan tan/ tan tan... ¡Iguales!

Roberto: Estás mezclando las tres.

Emilio: Bue... ¿A vos cuál te gusta más?

Roberto: No me decido.

Emilio: Porque son iguales.

Roberto: Esto no va a funcionar, Emilio. Vos no entendés nada.

Emilio: ¿Por qué? Si veníamos bien. Dale, empecemos...

Roberto: Probemos. Pero yo creo que no.

Emilio: Escuchá esto... Esperá que lo encuentro. Debe estar acá... Cuando quieras...

Se escuchan los primeros cuatro compases de la introducción de una marcha.

Emilio: (CANTA) Ahí van nuestros patriotas / por una y mil conquistas, / lisiados peronistas, / Marchando sin cesar...

Silencio.

Emilio: Unidos para siem...

¿Qué pasó?

Roberto: ¿"Marchando"?

Emilio: Sí, marchando...

Roberto: ¿Los lisiados...? ¿Los lisiados marchando sin cesar...?

Emilio: Es metafórico, Roberto. Acompañan el avance del pueblo peronista.

Roberto: ¿Y lo acompañan marchando...?

Emilio: Sos muy literal.

Roberto: Los peronistas son muy literales. Nos van a matar.

Silencio.

Emilio: ¿Se puede fumar acá?

Roberto: Ya sabés que no me dejan.

Pausa.

Roberto: ¡Oscuridad!

Oscuridad.

 

-Continuará-

CT (CCSFA) 1

* Canciones… obtuvo la Primera Mención en el Concurso de obras inéditas de Teatro 2008 del Fondo Nacional de las Artes. Y busca Director.

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